El rubor es un elemento esencial en el maquillaje. Él deja las mejillas cortas, con esa apariencia de salud en cualquier estación del año. Pero para completar el aspecto y quedar linda, hay que saber escoger más que un color hermoso que valore su cara.

Hay varias versiones de blush en diferentes texturas, en crema, bastón, mousse, líquido. El tipo de piel influye en la elección del color ideal. Quien tiene la piel seca puede optar por un blush cremoso o en bastón. La piel grasa se adapta mejor al blush en polvo.

También hay una variación de color para cada tono de piel. Para la piel clara, las mejores opciones son los tonos de rosa y salmón, ya las morenas, deben preferir los tonos de bronce y marrón, como el terracota. Para las orientales, los tonos melocotón y rosa quemado son los más indicados.

Después de elegir, es hora de aplicar el color. Lo ideal es usar un pincel de cerdas redondas y aplicar el producto dos dedos debajo de la línea de los ojos y dos dedos por encima de la línea de la mandíbula. Cada tipo de rostro pide una aplicación específica:

Blush para cara redonda: Debe aplicarse en sentido diagonal, desde la punta externa de los labios hacia las orejas y bien en las mejillas, para afinar el contorno.

Blush para cara oval y largo: Aplique con pinceladas en sentido horizontal, partiendo de la región próxima a la nariz hacia las orejas. Esto crea el efecto de que el rostro es más ancho.

Blush para cara cuadrada: Lo ideal es pasar el pincel en la región central de las manzanas, en la diagonal y de dentro hacia fuera, hacia el canto externo de los ojos.

Aplique el blush sin exagerar, la intención es dejar la cara con un aspecto natural. Para evitar que el blush quede muy cargado, pase el blush después de la base y luego aplique polvo por encima del rubor. Esto dejará el look natural y su cara con aspecto colorado sin exageraciones.