Si usted es del tipo que acaba de comer y ya está de nuevo con hambre, puede ser una señal de que usted no ha consumido todos los ingredientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo.
Sentir hambre todo el tiempo puede ser consecuencia de malos hábitos alimentarios o de un estilo de vida poco saludable. El resultado es que esta situación lleva al consumo de más comida a lo largo del día y, consecuentemente, al aumento de peso, además de posibles maleficios a la salud.
La sugerencia para acabar con eso es apostar en los alimentos correctos y buscar más control emocional. Ver más algunos consejos:
1. Beber más agua
Muchas veces pensamos que tenemos hambre, cuando, en realidad, estamos con sed. Esto ocurre porque la deshidratación puede tener los mismos "síntomas" del apetito y la misma región del cerebro es responsable de ambas sensaciones, lo que hace que esta confusión.
2. Dormir mejor
El insomnio o las noches de poco sueño aumentan los niveles de grelina, lo que te hace sentir hambre todo el tiempo, y reducen los niveles de leptina, la hormona que se encarga de hacerte sentir saciado. Cuando usted no duerme lo suficiente, el cuerpo "pide" por alimentos para compensarlo, como dulces y harina. 3. Evitar el azúcar
Los dulces no son sanos y contienen muchas calorías. Además, ellos llenan el estómago sólo por y en el caso de los carbohidratos encontrados en los dulces y las galletas causan un aumento en el azúcar en la sangre, que más tarde caerá considerablemente, haciendo surgir la voluntad de comer de nuevo.
4. Relajación
Los niveles de estrés desencadenan la producción de adrenalina y el cortisol, causando los mismos efectos que acompañan al insomnio: usted no se siente lleno después de comer. Estas hormonas son responsables de aumentar su apetito, incluso después del almuerzo o la cena.
5. Tener buenos hábitos alimentarios
No consumir suficiente proteína en el momento no comer la cantidad adecuada de grasas saludables, o saltar comidas, hace que el estómago quede "pidiendo" más comida. Otros hábitos que influencian son el consumo excesivo de alcohol, que deshidrata, y comer muy rápido, lo que hace que el cerebro no reciba la señal de saciedad. 6. Comer más veces al día
No se trata de comer sin control, sino de alimentarse de forma inteligente. En vez de comer tres veces al día, la opción más sana es comer de cinco a seis comidas menores al día: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda, fin de tarde y cena. En las comidas adicionales, el consejo es elegir artículos ligeros como frutas, yogurt con granola o un smoothie.
7. Tener un buen desayuno
La primera comida del día debe mantener su apetito saciado durante muchas horas. Por eso no es una buena idea tomar el café mientras se arregla o en el camino del trabajo. Tenga tiempo para tomar un buen desayuno con proteínas, grasas saludables y carbohidratos. De esta forma, usted evitará picos de insulina en la sangre y usted tendrá energía al principio del día.
8. Aumentar el consumo de fibras
Otra estrategia para no sentir hambre todo el tiempo es aumentar el consumo de fibra, nutriente que ayuda a dejarnos más satisfechos y con la energía necesaria para enfrentar el día. La cantidad diaria indicada es de 20 g, que equivale a dos trozos de fruta, o dos porciones de legumbres, o arroz, o pan, o fideos.
9. Beber té verde
La bebida tiene muchas propiedades que ayudan a evitar la sensación de hambre constante, además de quemar grasas. Si toma aún caliente, el estómago se sentirá saciado. Si opta por beber frío, ayudará a combatir la deshidratación, que puede confundirse con el hambre.