Durante los primeros años de la infancia de los hijos, padres y madres están llenos de dudas sobre la comunicación con ellos - cómo debe ser, cómo deben reprenderlos o elogiarlos, entre otros aspectos de la relación entre padres e hijos.

En vista de ello, sugerimos algunos consejos de expertos acerca de la comunicación entre padres e hijos que puede ayudar a la hora de la duda y romper algunos mitos relacionados con el tema. Sea realista con su hijo

Aunque muchos creen que evitar que el niño tenga conocimiento sobre la parte triste de la realidad de la vida sea una forma de protegerla de posibles traumas o de decepciones, ser realista puede ser mucho más eficaz para mantenerla preparada para lo que viene por delante durante la vida.

Cuando el niño se equivoca, por ejemplo, es importante ser realista y dejarla asumir la responsabilidad de lo que ha hecho. Cambiar los hechos en estos casos puede impedir que aprender a manejar situaciones así y aprender cuál es el camino correcto a seguir.

Aunque parezca que usted está siendo "duro" con el niño, es esencial que ella sepa reconocer cuando no se esforzó para hacer lo que es correcto y que necesita corregir esto. De lo contrario, puede sufrir con esto en el futuro, ya que será difícil para ella manejar situaciones de error - en el trabajo - por ejemplo.

Además, ella necesita aprender desde pequeña a lidiar con decepciones y momentos tristes, pues eso forma parte de la vida. Protegerla haciendo parecer que el mundo es un lugar perfecto no va a ayudar a crecer como ser humano y tener fuerzas para enfrentar las dificultades que surgen.

Feedback positivo en la medida correcta Elogios no siempre son la mejor salida para consolar a su hijo después de situaciones de fracaso. Elogiar a un niño por el esfuerzo que no rindió lo que ella esperaba puede hasta desanimar al niño y desmotivarla a esforzarse más. Elogiar es necesario, pero sólo cuando es un elogio sincero acerca de un resultado realmente positivo. No alabar a sus hijos sólo para que se sientan bien después de haber fallado.

Cuando su hijo se esfuerza y ​​aún así no pueda avanzar, procure ayudarle a descubrir la dificultad y superarla en lugar de intentar motivarlo con elogios.

Además, prefiera elogiar sus acciones y no sus habilidades. Así, usted evita que se frustre cuando se enfrenta a una situación en la que necesita esforzarse más allá de su habilidad normal.

Recuerde que la infancia es una fase de explotación y su hijo necesita conocer tanto los aspectos buenos como los aspectos malos de la vida, de forma natural, conforme esas situaciones se presentan en el ambiente familiar. Sin embargo, si siente que incluso con esos cuidados la comunicación entre ustedes está precaria, lo ideal es buscar asesoramiento de un profesional de Psicología.