Convencer a los hijos a acostumbrarse con el cepillado de los dientes puede ser una tarea difícil y muy desgastante tanto para los adultos como para los niños. Y para que ambos salgan ilesos de esa cuestión es necesario tener mucha paciencia, disciplina y creatividad.
Según expertos, antes incluso del nacimiento de los dientes, es necesario hacer la asepsia de la encía del bebé usando la punta del pañal o gasa con agua. A partir del surgimiento de los primeros dientes, el cepillado ya puede iniciarse, siempre con cepillos específicos y cremas dentales para niños.
Alrededor de los 4 años, el niño ya tiene dientes suficientes y es capaz de entender e incorporar el cepillado en su rutina diaria y es en esa fase que ella debe comenzar a aprender a cepillarse los dientes con la ayuda de los padres y después sosteniendo la propia pincel.
Como en un ritual, siempre después de las comidas, antes de dormir y al levantarse, los niños deben cepillarse los dientes, pero el drama de algunos padres comienza cuando por pereza o terquedad, se niegan a hacer el cepillado o cuando lo hacen, no lo hacen de la manera correcta ni con la frecuencia necesaria.
Si en su casa también sucede esto, o si usted tiene niños en casa, consulte estos consejos para ayudar a convencerlos a cuidar de los dientes y mantener la higiene bucal siempre al día.
Prepare el ambiente
No tiene nada más agradable para el niño que encontrar un espacio preparado para ella y que transmita confianza. Además, si el niño no le gusta cepillarse los dientes, todo lo que pueda hacer para eliminar las barreras será bienvenido. Colocar un taburete firme para que pueda alcanzar el fregadero y ver en el espejo ya es un buen comienzo, pero asegúrese de que no resbalará, si es posible, colóquelo sobre una alfombra antideslizante, para evitar posibles caídas y traumas que pueden se asociarán al cepillado.
Invitar a los personajes preferidos
Actualmente existe en el mercado una serie de opciones productos de higiene bucal específicos para el público infantil con gustos y olores agradables. La crema dental, el enjuague bucal, el hilo dental y hasta el vaso de hacer el enjuague del personaje preferido, puede funcionar con un gran incentivo para que la hora de cepillarse los dientes un momento animado y relajado.
Transforme el cepillado en una broma
Si el momento del cepillado se considera como una obligación aburrida, difícilmente el niño se va a convencer con facilidad, pero si es divertido, no va a tener por qué negarse a cuidar de los dientes. Deje que juegue con el cepillo de dientes para interactuar, permita que ella cepille los dientes de los muñecos y hasta los suyos, si es el caso. Al principio todo va a ser un lío, pero con el paso del tiempo, ellos aprenden a hacer certinho.
Explique la importancia
Hacer que los niños entiendan pronto cuanto la higiene bucal es importante para la salud de la boca y para el buen funcionamiento de todo el cuerpo también es importante. Para ello, vale contar historias sobre la caries, mostrar vídeos e incluso fotos.
Comience con dosis pequeñas
Muchos niños terminan masticando el cepillo y tragando la espuma de la pasta, principalmente cuando ella tiene gusto de frutas o de chicle, por lo que lo ideal es comenzar con pequeñas cantidades de pastas y poco a poco, según sea entendida , ir aumentando. En cuanto a las mordeduras que estropean las escobillas, el consejo es tener paciencia e ir enseñando poco a poco que aquello no debe ser hecho.
Insertar el cepillado en la rutina
Muchos niños pueden o simplemente terminar olvidándose de cepillarse los dientes, en este caso, crear una rutina de hábitos como, al salir de la mesa ir directamente al baño, puede evitar que algunos cepillos sean olvidados sin de querer o hasta de propósito.
Estimule por el ejemplo
Para el niño es mucho más fácil asimilar la necesidad de cepillado si ella observa que esto ocurre en su rutina familiar. Desde pequeños, los hijos tienden a observar e imitar los hábitos de los padres, tanto los buenos como los malos, por lo tanto, dar el ejemplo y no dejar de cepillarse los dientes por pereza, de la misma manera, no deje de hacer todas las etapas del cepillado , al contrario, al terminar las comidas, invita a los pequeños a cepillarse los dientes juntos.
Elogie y recompense
Siempre que los niños acaben de cepillarse los dientes, haga una especie de inspección para comprobar si los dientes se han cepillado. Si están bien limpios, alabar y ofrecer recompensas, de lo contrario, se ofrezca para ayudar, pero jamás critique o se rompe para no asustar al niño, pues eso puede poner todo a perder.
No estimule los miedos
La antigua historia de que la caries es un monstruo que vive dentro de la boca de quien no cepilla los dientes puede causar traumas, así que tenga cuidado al hacer esa alusión o dejar bien claro que el cepillo de dientes es mucho más poderosa que la caries. De la misma forma, haga lo que sea posible y necesario para que su hijo encare la figura del dentista como un amigo, pues si empieza a tener miedo de ese profesional, usted puede tener dolores de cabeza en el futuro.
Llevarle a tener una aulinha con el dentista
Entender el paso a paso del cepillado es muy importante para que los niños crezcan cepillando los dientes de la manera correcta, para eso, una visita al odontopediatra puede ser de gran valor. Ellos están preparados para enseñar el orden y la manera correcta de usar cada producto, así como cepillar cada uno de los dientes y la lengua.
Insista
Si, por ventura, todos estos artificios falla en un primer momento, no pierda las esperanzas, en algunos casos este puede ser un proceso largo, pero poco a poco el niño se va a convencer. Estimule siempre sin perder la voz activa, pero al mismo tiempo sin perder la paciencia.