Vivimos un momento en que las medidas sostenibles están en alza, en varios sectores a nivel global, y cuando nos referimos al mantenimiento de peso, también necesitamos encontrar un camino que nos lleve sustentación de resultados, evitando así el famoso efecto sanfona.
Ese es el aspecto más delicado de todo proceso, pues perder peso hasta que no es el más complicado, pero mantener el peso delgado, ese sí es el gran dilema.
Cuando recibimos la orientación médica para perder peso o incluso nos miramos en el espejo y no quedamos satisfechos con la imagen que vemos reflejada, nos sentimos desanimados, y muchas veces sin fuerzas para comenzar un proceso de pérdida de peso.
Esto sucede porque tiene una gran diferencia entre tener que perder peso y decidir perderlo. Sabemos que necesitamos cambiar algunos aspectos de nuestra vida, sea personal o profesional, y en la gran mayoría de las veces sabemos por dónde empezar, pero no conseguimos entregarnos a esos cambios, no nos comprometemos.
Ese es un asunto importante que se abordará, porque hasta dónde va nuestro deseo? ¿Cuánto realmente quiere cambiar? Después de cuestionarse al respecto y tomar la decisión por alcanzar su meta, ahí sí estarán listos para las conquistas.
Perder peso es un proceso que depende mucho de organización, disciplina y compromiso. Cuando esto está claro y está disponible, es sólo empezar.
Los pasos más importantes a ser tomados son el cambio alimentario y la práctica de ejercicios físicos, ambos influencian directamente en la pérdida de peso. Realizar intercambios inteligentes, adquirir nuevos hábitos, y practicar una actividad física son pasos que ayudarán a mantener el proceso, de forma a mantenerse equilibrado y de buen humor.
Estos caminos son conocidos por todos nosotros, no faltan informaciones que hablan sobre los beneficios de esas actitudes en nuestra vida, pero no todos pueden adecuarse. Esto es porque necesitamos estar con la cabeza ligera, arrojando el estrés de nuestra vida, o mejor, hasta aprendiendo a convivir con él.
De esta forma es fundamental hacer un levantamiento de cómo se siente en relación a la profesión, en la relación, en lo que ha hecho para vivir una vida más agradable. A pesar de parecer algo extraño estos aspectos cuando hablamos de pérdida de peso, esos son aspectos que componen la vida como un todo, y cuando estamos insatisfechos, estresados, angustiados, ansiosos, no conseguimos dedicarnos a tener una buena alimentación, y al mismo tiempo nos encontramos con la comida fácil y calórica, damos un puntapié en todas nuestras promesas de perder el peso deseado.
Con el ejercicio físico sucede lo mismo, dándonos al sofá de nuestra casa, que con certeza en un primer momento es mucho más agradable y fácil, que salir de la zona de confort y enfrentar nuestros proyectos.
Cuando cuidamos nuestro emocional, conseguimos dar lugar a cada problema, el sufrimiento que sentimos, desarrollando actitudes más firmes y asertivas, lo que proporciona confianza en sí mismo y eleva la autoestima. Resolviendo esos conflictos y dirigiendo nuestras ansiedades de forma correcta, sobra tiempo para dedicarnos a nosotros mismos, impulsando a cambios.
Así, después de conseguir poner la vida en orden, la pérdida de peso será gradual, pues nos sentimos libres y animados con el proceso de cambios. Perdemos nuestro peso de forma más lenta, pero se va estableciendo una nueva postura de vida, donde priorizamos nuestro bienestar, tanto físico y emocional.
Sostener nuestras acciones depende de los factores citados arriba, y cuando nos sentimos abiertos a cambios, de forma globalizada, y de ahí, mantener el peso magro queda más tranquilo.