El perro puede ser considerado el amigo del hombre no sólo por el aspecto afectivo de la relación entre ser humano y animal pero también por el hecho de que su perrito puede ser un gran aliado para su salud en el combate al sedentarismo. Su paseo diario con el perro puede ser transformado en una agradable actividad física.

Esta puede ser la oportunidad de hacer una actividad muy placentera, gratuita y que combina las necesidades del animal y de su dueño. Además de los beneficios más notables de esta asociación, el compromiso con la actividad física se reforzará, pues el perrito va a acostumbrarse a salir cada día para hacer el ejercicio, alentando al dueño a mantener este hábito saludable.

Sin embargo, antes de iniciar el entrenamiento-paseo, es aconsejable buscar un médico y hacer una evaluación física y también un chequeo general para saber si está listo para encarar estos ejercicios; especialmente en lo que se refiere a la salud de su corazón. El perro también debe pasar por estas evaluaciones en un veterinario para que estos paseos sean ventajosos para los dos.

El primer factor a tener en cuenta a la hora de determinar el tipo de entrenamiento que usted va a hacer junto a su perro personal trainer es el acondicionamiento físico del animal. Si tiene más resistencia física y buena salud, podrá acompañarle en un entrenamiento más tirado; pero si el perro está en malas condiciones de salud, usted necesitará respetar sus límites.

Otro aspecto importante es el porte del perro. Los pequeños no pueden acompañar el mismo paso del hombre, por lo que sólo sirven para pequeñas caminatas. Ya quien desea entrenar carreras o distancias más largas de la compañía de un perro de mediano o grande porte. Cachorros con más de 20 kg pueden correr bastante sin el riesgo de infarto.

La edad del perrito también es determinante en lo que se refiere al tipo de paseo-entrenamiento que se realizará en conjunto. Si el perro ya es muy viejo, no puede esforzarse en largas caminatas aunque sea lento. Los perros de mayor porte entran en la senilidad en torno a los 8 años mientras que los menores todavía aguantan este tipo de entrenamiento hasta los 10 años.

Puesto que todos estos factores son considerados y las limitaciones de ambos respetados, el siguiente paso es buscar un personal para montar el programa de actividades físicas con su perro y ponerlo en práctica. De esta forma usted pasará un tiempo de calidad con su mascota, ambos se beneficiarán de esta actividad y usted estará siempre motivado a practicar ese entrenamiento.