Es difícil que alguien sepa exactamente lo que siente sobre sí mismo. Por eso, definir cómo está la autoestima no es una tarea simple. Pero es importante buscar el autoconocimiento y estar siempre atento, ya que hay una relación fuerte entre baja autoestima y depresión. Y, al contrario de lo que mucha gente cree, la autoestima no está necesariamente relacionada al hecho de tener el amor de otras personas, tener la confianza de los amigos, tener éxito en el trabajo. La persona puede tener todo esto y, sin embargo, no estar bien consigo misma.
También no hay una fórmula para mantener la autoestima siempre en alta. Pero algunos consejos de psicólogos pueden ayudar a trabajar mejor esta cuestión. Ver siete cosas que les gustaría que supieras.
1. Recibir muchos elogios no es la solución
Cuando alguien se siente abajo, no es un elogio que va a cambiar eso, especialmente cuando ese elogio viene de un familiar o amigo, que usted sabe que quiere agradar. Pero, en general, es lo que la gente piensa, por eso esa suele ser la actitud más común. En estos momentos, lo más eficaz es que las personas cercanas ofrezcan soporte emocional. Funciona más que simplemente quedándote enalteciendo.
2. El dinero tampoco es la solución
El éxito material puede ser una trampa para la autoestima. Hay una sensación de que el saldo en la cuenta bancaria es sinónimo de felicidad, pero estudios ya han demostrado que puede suceder exactamente lo contrario: quien cree en eso es más propenso a tener consecuencias psicológicas cuando algo va mal en su vida o su carrera. Mantener la autoestima ligada a la vida financiera no es buena ni para una cosa ni para la otra.
3. Esto puede acabar con sus relaciones
Aunque parezca un problema individual, tener la autoestima baja hace que las personas se sienten más inseguras y más resentidas, lo que lleva a comportamientos que hacen mal también a los demás, especialmente en relaciones más íntimas. Un estudio realizado en Holanda en 2017 mostró que quien tiene baja autoestima tiende a arrepentirse de elecciones que involucran al socio (desde que la película ver hasta algo más grande como cambiar de ciudad), porque se sienten inferiores y creen que sus opiniones no son importantes.
4. Tener un gran grupo de amigos no es tan importante
La autoestima tiene mucho que ver con la percepción que los otros tienen de una persona. Por eso, hay una idea de que tener muchos amigos hace que la persona se siente mejor. Pero, en realidad, no es así. Tener amistades o contactos en varios lugares diferentes - en la academia, en el trabajo, viejos colegas de escuela o universidad, entre otros - puede reforzar sus muchos valores de varias formas al mismo tiempo y por lo tanto es mejor que formar parte de un grupo único (aunque con más integrantes).
5. Usted puede llegar a ser más intolerante
La forma en que cada uno ve el mundo es moldeado por la autoestima. Un estudio de 2011 mostró que, cuanto más baja es la autoestima de alguien, más estas personas tienden a tener un comportamiento preconcebido y de fanatismo en relación a los demás. Ya quien se siente mejor consigo mismo, probablemente no va a sentirse amenazado por las diferencias, ni creer en opiniones muy radicales, y sabrá respetar las elecciones de todos. 6. Las mujeres no son más vulnerables que los hombres
El sentido común hace mucho tiempo cree que las niñas tienden a tener una autoestima más frágil que los niños, pero un estudio hecho con personas entre 14 y 30 años mostró que no hay distinción de género entre ese sentimiento. Los niños / hombres son tan vulnerables a tener baja autoestima como las niñas / mujeres. Lo que pasa es que muchas veces, especialmente en la adolescencia, hay una presión social mayor sobre las niñas para que encajen en un patrón, lo que hace que muchas comiencen a no gustar de sí mismas.
7. Los gestos simples ayudan mucho.
No se necesita mucho para dar apoyo a una persona que está necesitando mejorar su autoestima. Hay formas muy simples de ayudar. Dar señales (o decir) que cree en el valor de esa persona. Hacer por ella pequeñas tareas del día a día, como la organización doméstica. Y, sobre todo, mostrarse interesado en conversar y tener la compañía, sin intentar resolver, pero apenas poniéndose a disposición para estar juntos en aquel momento.