Muchas personas se acuerdan de su infancia con alegría y dicen que nacen del tiempo en que no tenían responsabilidades y podían ser libres, pero la verdad es que ser niño no es tan simple, pues muchos son los desafíos enfrentados por los pequeños para crecer y se adecuan a la sociedad.

Durante la infancia la mayoría de los niños de hoy lleva una vida parecida a la del adulto, extremadamente rígida con relación a las rutinas siendo cobradas implícitamente por los padres que crean expectativas sobre lo que serán en el futuro.

"Los padres deben preguntarse si estas expectativas son adecuadas a la edad y la realidad de los hijos que tienen. Muchas veces pueden estar soñando con objetivos muchos lejanos de los niños, lo que puede generar frustraciones y decepciones mutuas. "Cuando esto ocurre, los padres se sienten fallidos y culpables, y los hijos presionados, incapaces y hasta poco amados." Dice Flavia Ianzini Carnielli, psicoterapeuta y socia de la Clínica Psicológica M & C.

Los niños desean ejercer su naturaleza con libertad para jugar, para relacionarse con otras personas, para explorar el mundo con total libertad y sin guiones, pero esto es minado por las imposiciones sociales. Por otro lado, la rigidez de la rutina y las expectativas anticipadas vienen acompañadas de una sobreprotección de los padres que se enfrentan a muchos conflictos impidiendo que sus hijos encuentren soluciones a situaciones problemáticas propias de su vida, como discusiones con colegas o profesores.

Pero los desafíos infantiles empiezan mucho antes de que los niños vayan a la escuela, cuando aún son bebés y perduran a lo largo de toda la infancia.

Desafíos evolutivos de los niños

Percepción del mundo: aprender a interesarse durante la comunicación con él, entender cuando hablan su nombre, entiende el significado de la palabra "no" y percibir cuando esconden un objeto;

  • Aprender a caminar: aprender a sentarse solo ya proyectarse hacia adelante para alcanzar cosas, apoyarse en los brazos y gatear y dar los primeros pasos apoyándose en objetos;
  • Entender la ausencia de los padres: percibir que los padres y ella son seres distintos y pasar a tener miedo de quedarse lejos;
  • Hablar las primeras palabras: aprender a hablar de lo que se oye en conversaciones, imitar los sonidos y practicar;
  • Desmamar: aprender a consumir otros alimentos y beber bebidas en un vaso;
  • Abandonar los pañales: desarrollarse fisiológicamente y tener madurez emocional para aprender a ir al baño y administrar la voluntad;
  • Comer solo: aprender a usar cubiertos y perfeccionar los propios movimientos para comer;
  • Comprender la noción de tiempo: entender el recuento de horas, días de la semana, meses y años;
  • Aceptar reglas: percibir que algunas cosas no funcionan sin normas y entender por qué son necesarias;
  • Valorizar el dinero: entender el valor de los billetes y monedas, las diferencias entre caro y barato y la realidad económica de la familia;
  • Asumir que contó una mentira: entender y aprender a reconocer cuando algo que está diciendo no es verdad;
  • Cuidar de las propias cosas: aprender a realizar pequeñas tareas, desarrollando sentido de responsabilidad individual y colectivo.
  • Para que el niño se desarrolle plenamente en los aspectos citados anteriormente, ésta debe contar con el apoyo de los padres, que tienen por obligación ofrecer una buena estructura, a través de buenos estímulos, atención y cuidados físicos y emocionales.

No anticipar expectativas y evitar la sobreprotección es fundamental para y evolución infantil, pues a través del enfrentamiento de los más "simples" desafíos es que los niños se vuelven capaces no sólo de una independencia con respecto a sus actividades en la sociedad, sino también en sus aspectos psicológico.

"Necesitamos enseñar a la próxima generación de niños, a partir del primer día, que ellos son responsables de sus vidas. La mayor dádiva de la especie humana, y también su mayor desgracia, es que tenemos libre albedrío. Podemos hacer nuestras elecciones basadas en el amor o el miedo. "Alertó Elizabeth Kubler-Ross, renombrada psiquiatra suiza que falleció en 2004.