Los aceites son muy utilizados en la cocina para la preparación de diversos alimentos. En algunos casos, su uso llega a ser indispensable. Pero este ingrediente puede hacer mal para el organismo y, por eso, necesita tener su consumo evitado o, al menos, reducido.

Una importante sugerencia es, antes de comprar, investigar sobre los diferentes tipos de aceite disponibles en el mercado y optar por alguno que sea menos perjudicial. Los aceites vegetales refinados, por ejemplo, son bastante populares, pero su consumo no ofrece beneficios.

La nutricionista Simone Bach, del canal de YouTube Cocina Bah, explica cuáles son los principales tipos de aceite vegetal refinado, el mayor problema de cada uno de ellos y le da algunos consejos para que usted tome mejores opciones. Los aceites más comunes, como los de soja, de canola, maíz y de girasol, son ricos en grasas polinsaturadas que se oxidan fácilmente. Además, en la fabricación ellos pasan por un proceso de refinamiento donde ocurre la disminución de compuestos fenólicos y de ácidos grasos que son benéficos para el organismo. El omega-6, relacionado al aumento del riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas, permanece.

En general, las opciones vegetales más saludables son el aceite de oliva y el aceite de coco, pues pasan por menos etapas de procesamiento y se someten a temperaturas más bajas durante la fabricación, lo que preserva más las propiedades benéficas.

Más sobre los principales aceites refinados

Además de las características generales de los aceites refinados, existen particularidades de cada ingrediente base que contribuyen con la calidad del aceite. En la mayoría de los casos, la soja utilizada es toda transgénica, y los efectos del consumo de transgénicos a medio y largo plazo aún no están claros.

Aceite de Canola

Tiene una situación similar al de soja, pues la canola es una planta que no existe en la naturaleza, fue creada por el hombre, y aún no se sabe los efectos del consumo de alimentos modificados.

Aceite de Girasol

En comparación con los dos anteriores es el mejor, pues el girasol es una planta que no es transgénica. Además, existen versiones no refinadas, que se pueden encontrar en las tiendas de productos naturales.

De acuerdo con la nutricionista, la elección del mejor aceite para cocinar en el día a día dependerá de varios factores, como la situación financiera y también los ingresos en que se utilizará.

Si la olla es antiadherente, no es necesario utilizar ninguno. En otros casos, el aceite de oliva o la mantequilla son más recomendados. Para recetas dulces, el aceite de coco. Y cuando sea necesario mantener un sabor más neutro, el de girasol.

Sea cual sea el producto utilizado, lo más importante es tener moderación en el consumo. La media no debe pasar de una botella de 1 litro al mes para una familia de cuatro personas.