Su estructura está básicamente compuesta por un tejido conectivo muy rígido, que cuenta con la presencia de calcio, fibras de colágeno y proteoglicanos - un tipo de proteína.
Ligados por mecanismos conocidos como articulaciones, los huesos forman el esqueleto de los animales vertebrados. El cuerpo humano, por ejemplo, cuenta con la presencia de 206 huesos.
Debido a su gran importancia para el buen funcionamiento de la estructura del organismo, es imprescindible mantener los huesos en buenas condiciones. Las enfermedades como la osteoporosis son cada vez más comunes, alcanzando principalmente a las personas de más de 50 años.
Estas enfermedades, caracterizadas por la pérdida de masa ósea, son normalmente asintomáticas, pero pueden ocasionar problemas cuando su portador sufre alguna fractura. Para ello, algunos tipos de actividad física son recomendados, además de cuidados específicos con la alimentación.
Reponga el calcio a través de la alimentación
Restablecer las cantidades de calcio perdidas por el organismo como resultado de su funcionamiento normal debe ser la principal preocupación de cualquier individuo que desee mantener su estructura ósea sana y fuerte.
El consumo diario recomendado de calcio es de 1000mg para personas de hasta 50 años. A partir de esa edad, debido a una pérdida más acelerada de masa ósea, se recomienda ingerir un mínimo de 1200mg de calcio, todos los días.
La leche es la elección natural de la mayoría de las personas, por poseer cerca de 300mg de calcio en su composición. Los productos lácteos y bebidas lácteas también pueden ser de gran ayuda en la reposición. Yogurtes, por ejemplo, poseen casi la misma cantidad de calcio y son una buena opción de variación de la leche propiamente dicha.
Para quien no le gusta leche pura, no hay mal alguno en mezclarlo a café o chocolate en polvo, por ejemplo. Hace algún tiempo surgieron rumores de que el achocolatado o chocolate en polvo podría "romper" el calcio presente en la leche, anulando sus beneficios para los huesos. Sin embargo, la ciencia ya probó que esa afirmación no es más que un mito.
Para quien es alérgico o tiene intolerancia a la lactosa, peces como la sardina y el salmón también contienen cantidades satisfactorias de calcio. Una porción con tres sardinas, por ejemplo, posee vitamina D y una cantidad de calcio comparable a la de la leche o del yogurt.
Los vegetales de color verde oscuro, como el brócoli y la espinaca, son capaces de aumentar la densidad ósea hasta en un 3%. Granos de soja, castañas, linaza y nueces también son opciones ricas en calcio y omega-3. El campeón del porcentaje de calcio es el sésamo que, en una sola cucharada, proporciona los mismos beneficios de un vaso de leche.