Es muy común que las parejas pasen por una crisis durante una relación más duradera. Compartir una rutina significa compartir también los problemas y las preocupaciones, lo que hace la convivencia un poco más estresante y menos placentera. Especialmente cuando los conflictos involucra dinero, la relación termina sufriendo influencia negativa de ese problema que es común a los dos.
Las crisis en el matrimonio comienzan cuando el cariño y el afecto entre los dos disminuye y se refresca. A partir de eso, se inician las discusiones y desacuerdos. Parece que la pareja ya no puede entender, uno pierde el interés por el otro y comienza a ver defectos en todo lo que el otro hace.
Algunas parejas se apresuran en buscar la separación, pues en algunos casos este problema parece no tener solución y empiezan a pensar que uno no sirve más para el otro. Pero muchas veces, algunos gestos simples y pequeñas actitudes pueden ayudar a superar una crisis en el matrimonio.
Una de las decisiones más importantes en este caso es la de tomar una iniciativa para resolver el problema. Puede ser que el otro esté vacilando el intento de reconciliación porque no percibió una actitud de apertura para la conversación. Demuestre que usted está dispuesta a intentar salir de la crisis buscando acercarse a su compañero.
Es importante también recordar que ustedes están juntos en ella y necesitan ser socios para resolver los problemas juntos, en vez de quedarse uno contra el otro. Si ustedes ya tienen problemas externos que entorpecen la vida a dos, procuren evitar las peleas y discusiones prolongadas. Practiquen la compasión e intentan perdonar, no vale la pena guardar el dolor de su compañero.
Manténgase siempre consciente de que todas las personas se equivocan y que hay que ser humilde lo suficiente para reconocer y pedir perdón por los errores, pero que también hay que estar con el corazón abierto para poder perdonar y aceptar que el otro también se equivoca. Después de todo, nadie es perfecto.
Por fin, la búsqueda de la convivencia armoniosa en el matrimonio está en entender las diferencias entre los dos e intentar siempre llegar a un medio término, donde ambos estén ganando. Una relación en la que uno intenta sacar ventaja sobre el otro no es nada sano.
Busquen siempre la comprensión en primer lugar y nunca la discusión, tengan paciencia y respeto. De esta forma, las crisis conyugales se vuelven más blandas y la pareja logra recuperar el equilibrio en la relación.