Es ahí donde surgen las reacciones alérgicas: picazón, hinchazón, enrojecimiento en la piel, estornudos, coriza, irritación en los ojos, falta de aire y en casos más graves, hasta shock anafiláctico, que puede matar.
En el tratamiento de las enfermedades alérgicas, una de las principales medidas es evitar el consumo o el contacto con los agentes causantes de estos efectos indeseables.
El uso de antihistamínicos y corticoides presenta buenos resultados en el alivio de los síntomas, pero en casos más graves o cuando los medicamentos no se pueden usar, la inmunoterapia con la famosa vacuna para la alergia es una alternativa.
¿Qué es y cómo se realiza la inmunoterapia?
El tratamiento consiste en la aplicación de varias inyecciones compuestas por extractos de alérgenos. Puede parecer extraño, pero es así: la persona recibe inyecciones que contienen dosis crecientes de las sustancias que causan alergia. Al principio, en pequeñas cantidades y después, conforme el paciente el paciente se vuelve más resistente, las dosis se incrementan hasta que la persona quede casi inmune a los alérgenos.
El objetivo de la inmunoterapia es inducir la producción de anticuerpos y hacer que el organismo se vaya acostumbrando a los alérgenos. Con ello, el cuerpo se vuelve menos sensible, por lo que el tratamiento también atiende por el nombre de desensibilización.
Durante las aplicaciones de la vacuna, el paciente ya puede percibir la disminución de los síntomas cuando entra en contacto con las sustancias causantes de alergia. La inmunoterapia se aplica en un período prolongado, generalmente en hasta cinco años y ofrece beneficios a largo plazo. El tratamiento no es definitivo, aunque es difícil que los síntomas vuelva a aparecer.