La micropigmentación, más conocida como maquillaje definitivo, es una opción práctica para quien quiere despertar hermosa todos los días, sin necesidad de pasar algunos buenos minutos delante del espejo preocupándose de hacer un maquillaje impecable. Además, el procedimiento es buscado por quien quiere corregir fallas, cicatrices o valorar la armonía de los rasgos faciales.
Las más comunes son el relleno y la corrección de las cejas y el maquillaje para delinear los ojos. La micropigmentación también se utiliza para la reconstrucción de la aureola de los senos para las mujeres que retiraron las mamas debido a un cáncer de mama o cirugías en el lugar.
La micropigmentación es contraindicada para quien tiene diabetes y tiene la tasa de glucosa elevada, ya que estos factores influencian en la cicatrización y pueden causar complicaciones. Además, el maquillaje definitivo tampoco puede ser hecho por personas en tratamiento de quimioterapia o radioterapia.
El procedimiento se realiza con un dermógrafo, aparato que utiliza agujas propias y pigmentos minerales. Generalmente, tiene una duración de 30 a 60 minutos. Es importante elegir un profesional cualificado para el trabajo para minimizar el riesgo de problemas y cicatrices.
Después de haber hecho, no se debe exponer la piel al sol durante tres días. Otro cuidado con la micropigmentación importante es evitar el calor (incluso del secador de pelo), que provoca la dilatación de los poros y puede hacer que los pigmentos se propaguen o se pierdan.
En general, la durabilidad de la micropigmentación es de uno a dos años. Las técnicas usadas actualmente son más superficiales justamente para que el resultado sea más natural. Durante este período, es necesario tener algunos cuidados con la región pigmentada, como usar protector solar y no pasar cremas con ácidos donde se aplicó el maquillaje definitivo.