El queloide sin duda es un gran temor de quien hace cualquier tipo de cirugía. Tener una cicatriz fea puede comprometer el resultado de cualquier cirugía, aún más si es estética.
Aunque el queloide es un tipo de cicatriz específico, muchos pacientes piensan tener queloides, pues hay una comprensión laical de que cualquier cicatriz que no es ideal es un queloide.
Eso no es verdad. Queloide es una cicatriz en alto relieve, gruesa, generalmente acompañada de picazón o dolor. Tiene un fuerte componente genético, afectando a menudo a los negros y asiáticos. La mayoría de las veces empieza a rascarse y se pone de alta después de 3 semanas a 3 meses de la cirugía. No regrese sola sin tratamiento, quedando alta y gruesa permanentemente.
A menudo confundida con el queloide, la cicatriz hipertrófica es un tipo de cicatriz que se asemeja a un queloide, pero no es tan intensa y retrocede sola con el tiempo, quedando plana la mayoría de las veces después de 6 a 16 meses de la cirugía.
Otras cicatrices inestéticas etiquetadas de queloides, son cicatrices alargadas, atróficas (bajo relieve) o retraídas. Todas ellas no presentan alto relieve, a pesar de ser estéticamente indeseables.
El queloide está formado por una producción descontrolada de colágeno. Esta exageración en la producción hace que la cicatriz, en vez de plana, quede en alto relieve e invada la piel íntegra, sobrepasando los límites originales de la lesión.
Los tratamientos para el queloide tienden a reducir la producción de colágeno o disminuir la acumulación de éste. Cremas o placas a base de silicona, así como la compresión del área de la cicatriz y cremas de corticoides son algunos ejemplos.
Una vez en formación, cuando el relieve ya está alto, estos tratamientos no ayudan mucho. La inyección de corticoides es más eficaz en el intento de paralizar el crecimiento o minimizar el queloide. A veces logra hasta la involución.
Los láseres están todavía en fase de desarrollo y pueden ser una alternativa, aunque todavía no muestran resultados sólidos en la regresión de los queloides.
Una vez bien desarrollado, alto y ancho, no hay tratamiento que haga que el queloide tenga una gran reducción. La cirugía pasa a ser el mejor tratamiento.
En realidad, la cirugía retira el problema e inicia una nueva cicatriz de cero. La ventaja de ella es permitir un intento de control de la nueva cicatriz. Si nada se hace el queloide seguramente volverá. Por lo tanto, es necesario hacer algún tratamiento después de la cirugía.
La betaterapia es un tipo de radioterapia para la piel. Se reduce la actividad del fibroblasto, célula responsable de la producción del colágeno. Con ello, reduce la posibilidad de que regrese. La inyección de corticoide en el borde de la herida, después de la retirada del queloide, también es una buena alternativa a ser sumada en el tratamiento.
La betaterapia debe ser iniciada al día siguiente de la cirugía, siendo generalmente necesarias 10 sesiones. El seguimiento de la cicatrización debe hacerse al menos en los primeros 4 meses, para la eventual tendencia del retorno del queloide, una nueva inyección de corticoide sea hecha.
Este es el tratamiento para el queloide más eficaz en los días de hoy, pero no es garantía de éxito. Sin embargo, a veces el queloide vuelve. Afortunadamente la mayoría de los casos han resultado satisfactorio.
Otra cuestión a ser evaluada es si el queloide puede ser retirado por completo. Debido a la ubicación y el tamaño, pueden ser necesarias algunas cirugías para minimizar el problema y no siempre es posible eliminarlo.