Los aceites funcionales son derivados de semillas y de frutas oleaginosas. Por contener ômegas 3, 6 y 9, tienen acción anti-inflamatoria, que ayuda a regular las hormonas. En la práctica, esto significa ventajas que van más allá de la pérdida de peso. Menos hinchazón, ciclo menstrual equilibrado, TPM más suave, metabolismo más acelerado, saciedad y piel más bonita son algunas de las acciones comprobadas.

Moderar en la cantidad es una regla básica para que los aceites funcionales se transformen en grandes aliados de la dieta. Lo ideal es ingerir entre dos cucharas de té o de sopa por día. En cuanto al consumo de los aceites funcionales en cápsulas, la recomendación es de dos antes de las principales comidas, pero puede haber variaciones de acuerdo con el fabricante.

Otro detalle importante es que deben ser consumidos siempre a temperatura ambiente, ya que el calentamiento puede eliminar algunos nutrientes.

Vale recordar que el consumo de estos aceites debe estar siempre asociado a la práctica regular de alguna actividad física.

Vea ahora una lista con 6 tipos de aceites diferentes, conozca las propiedades de cada uno y elija lo que más se adapte a sus necesidades.

1 - Aceite de almendra

Colabora con el buen funcionamiento del sistema cardiovascular debido a la gran cantidad de omega-6 y omega-9 presentes en su composición. El aceite de almendra tiene la ventaja de poder ser aplicado en la piel, ofreciendo las mismas propiedades que las cremas hidratantes.

2 - Aceite de linaza

El aceite de la semilla de linaza posee lignanas, sustancias similares a las hormonas estrógenos que conducen a la reducción del colesterol total y del LDL (colesterol malo) ya la regulación de la presión arterial. La linaza también es rica en ácidos grasos, que ayudan en la reducción de los triglicéridos, en la regulación de la presión arterial y en el combate a la inflamación de las células de grasa. Además, los ácidos grasos presentes en el aceite de linaza también actúan estimulando la saciedad.

3 - Aceite de sésamo

La planta del sésamo es de origen oriental y sus semillas minúsculas están llenas de propiedades funcionales. El aceite es rico en vitamina E, que es anti-inflamatorio y ayuda a aliviar los terribles síntomas de la TPM.

Las sustancias antioxidantes son las grandes responsables de otros beneficios del aceite de sésamo, ya que protegen el hígado de los procesos oxidativos y evitan la acumulación de toxinas y grasas en el órgano.

4 - Aceite de girasol

El aceite de girasol es rico en triptófano, un aminoácido predecesor del neurotransmisor serotonina que es capaz de actuar en el control del sueño y del apetito, además de mejorar el humor y reducir la hinchazón. La fuente de ácidos grasos (omega-6 y omega-9) y vitamina E, ayuda en la defensa del organismo contra los radicales libres y evita la formación de placas de aterosclerosis, una enfermedad inflamatoria que afecta a los vasos sanguíneos. 5 - Aceite de macadamia

Ayuda en el control de los triglicéridos, de la glucemia de sangre y es una gran opción contra el envejecimiento. El

aceite de macadamia contiene gran cantidad de omega-9 y omega-7, sustancias que forman parte de la composición natural de la piel, pero que disminuyen con el paso del tiempo. Este tipo de aceite actúa como repositorio, proporcionando una piel con aspecto más jovial. 6 - Aceite de cártamo

Promueve saciedad y con ello, auxilia en la reducción del apetito. Las investigaciones apuntan también que el aceite de cártamo puede estimular la lipólisis o la quema de grasa, favoreciendo el adelgazamiento. El aceite de cártamo es rico en antioxidantes y ácidos grasos (omega-9 y omega-6).